12 de julio de 2011

El sentimiento de la pasión



"Life" by Elke Dona-Dio
"Sigue tus sueños aún cuando los demás no crean en ellos;
sigue tus sueños, aunque te digan que es pérdida de tiempo;
sigue tus sueños, que la pasión que pones en ellos es el motor que
te mantiene vivo". 
(La petit philosophe; Mine, a la edad de 13 años).

Una de mis más tempranas pasiones ha sido escribir. Fui una niña llena de libretas en las que dejaba que mis pensamientos tomaran forma a través del uso del lápiz y del papel.

Revisando mis grandes y viejos amigos, guardianes de mis secretos, es decir, mis queridos diarios, encontré que "ignauré" una de dichas publicaciones con la frase con la que inicio este pequeño pero sentimental artículo.

"Fragile et épineux" by Elke Dona-Dio
Entonces, me pregunté: "Elke, ¿en realidad has seguidos tus sueños? ¿En realidad has creído en ellos? ¿Es acaso la pasión inmersa en ellos la que te ha mantenido en pie ante la vida?" Y, déjenme decirles, que de repente tuve un doble sentimiento; por un lado, la vitalidad y entusiasmo de mis 13 años inhundó mi ser: pude sentir que tenía una vida por delante para hacer realidad todos mis sueños y anhelos; sentí la magia de la temprana edad.

Por otro lado, la "madurez" de mi edad me hizo ver la "realidad": muchos de mis sueños que albergaban grandes pasiones, que encendían en mí la magia de sentirme viva, simplemente, seguían ahí, guardados, almacenados en un rincón de mi memoria. Así que me di a la tarea de recuperar el sentimiento que la pasión por lo que amo me hacía sentir a mis 13 años.

"Partnership" by Elke Dona-Dio
Ahora que soy una mujer adulta, independiente, profesionista, madre y esposa, no tengo que abandonar mis sueños e ilusiones por cumplir con las expectativas de alguien más. Ahora tengo el poder (en todos los sentidos) de hacer realidad hasta el más mínimo de mis sueños.

Como madre he descubierto el gran papel de influencia que desempeñamos, incluso en el éxito o en el fracaso de nuestros hijos. Si yo invito a mi hija a que siga sus sueños y que crea en ellos -lo cual fortalece incluso su autoestima-, ¿por qué no lo hago conmigo misma? ¿Cómo puedo pedirle e incentivar a mi hija a que crea en ella, si no lo predico con el ejemplo?

"Belleza sublime" by Elke Dona-Dio
Créanme, mis queridos amigos y lectores, que romper con el patrón del subyugo emocional de dejarse al último, es dífícil más no imposible de eliminar.

Tengo varios sueños que me mueven por la pasión que existe en ellos. Por lo cual, deseo compartir con ustedes 2 de ellos en esta publicación: mi amor por la escritura y mi amor por la fotografía.

Los invito a que reflexionen y que nunca abandonen el sentimiento de la pasión que vive en su interior.

¡Hasta la próxima!

2 de julio de 2011

Efectividad vs. Eficiencia: ¿qué es mejor?

"Eficiencia es hacer el trabajo bien. Efectividad es hacer el trabajo adecuado. Primero sé efectivo" (Mathew Parvis)



En muchas ocasiones nos enfrentamos a la telaraña que existe en nuestra mente de todas las cosas que tenemos pendientes y que "debemos hacer". Ante ese imperativo "deber hacer", dicha telaraña se vuelve más densa y conforme se va haciendo más grande, junto con ella crece nuestra ansiedad, nuestro miedo y nuestra desidia.

Algo que debemos considerar conforme pasamos por la vida con esa interminable lista de "Cosas por Hacer", es pensar si dicha lista está conformada por actividades que realmente nos gustan y si nos encontramos haciendo el trabajo correcto para concretar nuestras metas.

Como recordarán en la anterior publicación escribí respecto a la bendición del tiempo. Retomando dicho tema, podemos darnos cuenta que a menudo pasamos mucho tiempo haciendo algo bien cuando no deberíamos ni siquiera de estarlo realizando.

Desperdiciamos nuestro esfuerzo en cosas que no merecen la pena; nos enfocamos tanto por resolver una situación o sacar adelante un proyecto por el simple hecho del "deber hacer", que nos llegamos a exigir a tal grado que nuestra ansiedad se hace presente, nuestro espíritu creativo se desvanece, y terminamos por enviar todo al olvido, lo cual no soluciona el problema, por el contrario, lo hace más grande (para nosotros).


Perdemos tanto tiempo queriendo hacer todo a la perfección, que dejamos en segundo término cosas que realmente requieren de nuestra atención. Por ejemplo, recuerdo que cuando nació mi primer hija me dedicaba a limpiar mi casa a la perfección ya que consideraba que nunca era suficiente. Sin embargo, al mismo tiempo de ser madre primeriza, estaba iniciando con mi negocio de diseño, el cual dejaba de lado, ya que consideraba que era mejor tener una casa limpia para mi bebé que nutrir mi propia empresa. Así, un uso eficaz de mi tiempo hubiese sido trabajar en el crecimiento de mi negocio.

Simplemente piensen con cuánta frecuencia se pasan el tiempo haciendo algo bien cuando en realidad deberían estar haciendo algo más. Y por lo regular, dejamos "para después" todo aquello que nos gusta y nos nutre el espíritu. Un ejemplo claro de ello es cuando nosotras, como Mamás, por lo general hacemos esto: "Sólo tengo que lavar los platos, sacar la ropa de la lavadora, tenderla y después jugaré con mis hijos", o bien, "primero debo terminar todos mis pendientes antes de ir a pedir informes de las clases de piano que tanto me interesan".

Por lo regular nos molestamos con nuestros hijos por interrumpirnos cuando estamos limpiando la casa, "sacando" los pendientes del trabajo, cuando el uso eficaz de nuestro tiempo es probablemente disfrutar de nuestros hijos antes de que crezcan y tomen el camino de sus propias vidas. Esto no significa que no atendamos nuestros "deberes", pero sí significa que tomemos consciencia de si estamos siendo primeramente eficaces y si estamos realizando el trabajo correcto.

A partir de las reflexiones que realicen los invito a que tomen la decisión de utilizar su tiempo con la mayor eficacia posible. Por supuesto que a veces ser eficaz es poseer la habilidad de las multitareas, pero sin excederse, y discriminando lo realmente importante de aquello que no lo es.

Queridos lectores, cuando estén haciendo el trabajo correcto sean eficaces y asegúrense de hacerlo bien (no a la perfección). Si en alguna casión se han sentido perdidos en esa telaraña de actividades "por hacer" o han trabajado arduamente sin terminar nada, deténganse y piensen una y otra vez si están siendo eficientes o eficaces.

Espero con mucho gusto sus comentarios.

¡Hasta la próxima!