"Cuando los ángeles callan"

Viernes, 05 de Marzo de 2010

El 23 de febrero del presente año, revisando mi correo electrónico como cotidianamente lo hago, me encontré con un mensaje que llamó mucho mi atención.

Para empezar, el remitente me era conocido y tiene una característica muy especial: cuando me envía un correo, no se trata de una simple cadena que hay que enviar a 100 mil personas para que en breve te llegue una bendición; esta persona me envió un correo que me llegó a lo profundo de mi alma.

Éste es un grito de auxilio de un padre de familia originario de Querétaro, a quien le fue arrebatado su mayor tesoro: su pequeña Catherine de tan sólo 4 años de edad. Créanme que cuando observé la foto de la pequeña no pude evitar que la imagen de alguna de mis hijas llegara a mi mente.

Hoy en día se arrebatan de manera cruel y despiadada, de la vida de muchas personas, aquellos angelitos que durante 9 meses esperaron su arribo a su familia. Angelitos que sueñan con un mundo mágico, lleno de alegría, risas, juegos y fantasías; angelitos que sueñan con que su papá es un "super héroe" que por las noches los cuida de los "monstruos" que los acechan por la noche al dormir...¡Qué ironía! muchas veces el "super héroe" de ese angelito no puede hacer mucho por él cuando es secuestrado...su "super héroe" es atacado con la peor arma con la que se le puede atacar: LA IMPOTENCIA.

Son angelitos que callan; que no vuelven a reir ni a soñar como lo solían hacer cuando estaban junto a sus padres.

¡YA BASTA!

¡NO HAY QUE PERMITIR QUE MÁS ANGELITOS SIGAN CALLANDO!

La infancia es una de las más bellas etapas de la vida del Ser humano y recuerden que es la que nunca olvidamos y nos marca por siempre.

Ayudemos...ayudémonos, unos a otros, compartiendo información, transmitiendo -al igual que mi contacto- correos electrónicos que puedan ayudar a padres de familia desesperados y angustiados por que les fueron arrebatados sus angelitos.

Cuando los ángeles callan, el futuro se desvanece...

Los invito a que reflexionen sobre ello...

Su amiga,

Elke